Corea del Sur estudia poner fin a la polémica tradición de comer carne de perro
Corea del Sur, uno de los pocos países donde aún se consume carne de perro, ha dado un paso hacia la posible prohibición de esta práctica que genera cada vez más rechazo social. El primer ministro Kim Boo-kyum anunció la creación de un comité mixto de funcionarios, expertos y representantes de diversos sectores para analizar la viabilidad y el impacto de una ley que prohíba la cría, el sacrificio y la venta de carne de perro.
El consumo de carne de perro en Corea del Sur tiene una larga historia y se considera una parte de la cultura alimentaria tradicional. Sin embargo, en las últimas décadas, ha disminuido considerablemente debido al aumento de los hogares con mascotas y la conciencia sobre los derechos y el bienestar de los animales. Según una encuesta reciente, más del 80% de los surcoreanos nunca ha probado la carne de perro y no tiene intención de hacerlo.
A pesar de esta tendencia, aún hay miles de granjeros que crían entre 1 y 2 millones de perros al año para su consumo. Estos animales son sometidos a condiciones de hacinamiento, maltrato e higiene precaria, y son sacrificados de forma cruel e ilegal, según denuncian las organizaciones de protección animal. Además, la carne de perro se vende en unos 3.000 restaurantes y mercados, donde se ofrece como un plato especial o un tónico para la salud.

La actual ley de protección animal surcoreana busca prevenir la crueldad en la cría y el sacrificio de perros, pero no prohíbe su consumo. Tampoco hay una regulación específica sobre la inspección sanitaria, el etiquetado o el origen de la carne de perro, lo que genera riesgos para la salud pública y el medio ambiente.
La iniciativa del gobierno surcoreano se produce después de que el presidente Moon Jae-in, un amante de los perros, expresara en septiembre su disposición a estudiar la posibilidad de prohibir el consumo de carne de perro. Moon adoptó a dos perros rescatados de granjas de carne durante su mandato y ha impulsado varias medidas para mejorar la situación de los animales en el país.

La propuesta del gobierno ha generado reacciones encontradas entre los diferentes sectores implicados. Los criadores de perros se oponen a la prohibición y reclaman una compensación económica por el cese de su actividad. Los activistas por los derechos de los animales apoyan la prohibición y piden al gobierno que actúe con determinación y rapidez. La opinión pública está dividida, con un 48,9% en contra de la prohibición y un 38,6% a favor, según una encuesta reciente.

El comité mixto tendrá la tarea de recopilar información, consultar a las partes interesadas y elaborar recomendaciones sobre la posible prohibición del consumo de carne de perro. El gobierno espera que el proceso conduzca a un consenso social y a una solución pacífica y razonable para este asunto tan controvertido.
Bing News