Día Mundial de la Tierra 2022: Invertir en nuestro planeta para asegurar el futuro
Cada 22 de abril, el mundo celebra el Día de la Tierra, una cita que pretende concienciar sobre los problemas ambientales y la conservación de la biodiversidad en un escenario donde los efectos del cambio climático y la sobrepoblación amenazan con la subsistencia del planeta.
Este 2022, el Día de la Tierra cumple 52 años, ya que se celebró por primera vez en 1970, a sugerencia del senador estadounidense Gaylord Nelson, que soñaba con crear una conciencia común sobre los problemas que estaban poniendo en peligro nuestro planeta. Así, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), observando que cada año se celebraba el Día de la Tierra en numerosos países, decidió fijar en 2009 esta fecha como la cita anual para rendir homenaje a nuestro planeta.
El tema de este año, “invertir en nuestro planeta”, insta a actuar de forma audaz, a innovar y a implementar cambios que permitan promover alianzas entre las empresas, la sociedad y las administraciones, de forma que podamos garantizar la supervivencia del planeta para las próximas generaciones. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por preservar la salud de nuestro planeta, se hace evidente la necesidad de inversión para afrontar los nuevos desafíos.
El último informe sobre el Estado del Financiamiento de la Naturaleza, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Foro Económico Mundial y la Iniciativa Económica de la Degradación de la Tierra, indica que es urgente aumentar las inversiones en naturaleza “para cerrar las brechas de financiamiento climático y de biodiversidad y para ocuparse de la necesidad de acelerar la restauración de la tierra en todo el planeta”, y detalla que las inversiones actuales deben triplicarse para el año 2030.
Pero, ¿cómo de necesaria es la inversión en nuestro planeta? El mismo informe detalla que nuestro planeta necesitaría una inversión de 8,1 billones de dólares en el año 2050 para abordar la triple crisis planetaria (crisis climática, de biodiversidad y de degradación del suelo), lo que supone una inversión anual de 536.000 millones de dólares. Esta hipotética inversión anual es muy superior a la actual, ya que en el año 2020 el presupuesto que los gobiernos, empresas e instituciones financieras destinaron de su presupuesto a soluciones basadas en la naturaleza fue de 133.000 millones de dólares anuales.
¿Por qué debemos invertir en nuestro planeta?
Tras la pandemia de la COVID-19 y la agitación política y social que experimentamos, la humanidad parece haber experimentado un cambio de conciencia ambiental que indica que es el momento de cambiarlo todo.
El cambio climático, que amenaza el bienestar humano y del planeta, provoca efectos peligrosos en la naturaleza y está afectando la vida millones de personas en todo el mundo. A pesar del esfuerzo para reducir los riesgos, en las próximas dos décadas el planeta afrontará diversos peligros climáticos si no conseguimos reducir el calentamiento global.
De hecho, de acuerdo con el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es necesario tomar urgentemente medidas de adaptación al cambio climático, pero los avances en materia de adaptación son dispares.
Precisamente la primera traba que encontramos para poder adoptar medidas eficaces es el nivel de ingresos. Las poblaciones con menores ingresos tienen muchas más dificultades para tomar medidas que preserven el planeta y aseguren la sostenibilidad, y las brechas entre las medidas adoptadas y lo que se necesita para hacer frente a los riesgos crecientes son cada vez más profundas.
cambio climático, y en soluciones para preservar la biodiversidad es esencial para asegurar nuestra vida tal y como la conocemos.
Las empresas privadas y públicas, así como las asociaciones y administraciones, y la sociedad en general, deben integrar la naturaleza dentro del sistema económico, promulgando políticas que fomenten su cuidado, e invirtiendo en formación, divulgación y construcción de sistemas que permitan adaptarnos a nuevos desafíos climáticos, ya que los efectos del calentamiento global son una realidad y la sociedad debe buscar la resiliencia, cambiando su modo de vida.
En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en el marco de la Agenda 2030 por la Organización de Naciones Unidas en 2015 indican en su ODS 7 la necesidad de apoyar el acceso universal a energía asequible y no contaminante, así como la inversión en infraestructuras que permitan alcanzar un desarrollo sostenible en el ODS 9.
Las energías renovables, así como la mejora en los sistemas de tratamiento y obtención de agua, deben buscar la eficiencia para reducir sus emisiones de CO2, y eso implica un importante desembolso monetario que los países y las economías mundiales deben asumir para asegurar su futuro.
Por último, debemos prestar especial atención a la formación. Invertir en educación ambiental es vital para que las generaciones venideras aprendan a cuidar y a respetar el planeta, sean conscientes de sus limitaciones y puedan aprovechar todo su potencial sin dañarlo. El conocimiento adquirido, además, dotará a la humanidad de inteligencia ambiental, para afrontar nuevos desafíos sin comprometer la naturaleza.
El agua en el día de la tierra
El Día de la Tierra también es una oportunidad para valorar lo que el planeta nos da y cómo debemos preservarlo. En el caso del agua, los ecosistemas de agua dulce constituyen uno de los hábitats terrestres más vivos, y son fuente de vida de todos los habitantes de la Tierra.
Sin embargo, muchas fuentes de agua dulce de nuestro planeta se encuentran contaminadas y sobreexplotadas, y su existencia se ve comprometida.
Así, en este Día de la Tierra también debemos abogar por buscar soluciones para conservar nuestros ecosistemas hídricos sin poner en peligro su sostenibilidad, por encontrar nuevas formas de obtener agua segura sin contaminar el planeta y por buscar medidas para hacer frente a nuevos retos climáticos que modifican o alteran el ciclo hidrológico, como las inundaciones o las sequías.
El Día de la Tierra también es una oportunidad para valorar lo que el planeta nos da y cómo debemos preservarlo
No podemos olvidar que los recursos naturales de nuestro planeta son la base del sistema económico mundial, y sectores como el agrícola y el alimentario dependen íntegramente de la naturaleza. Por ello, se hace necesario invertir en acciones sostenibles y abordar los retos futuros y presentes como son la seguridad alimentaria, la seguridad y sostenibilidad el agua o la pérdida de la biodiversidad.
En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible también hacen alusión al agua, recogiendo en el ODS 6 la necesidad de garantizar agua limpia y saneamiento universal, como una forma más de cuidar de nuestro planeta y de todos los que habitamos en él.
El Día de la Tierra no solo es un día importante para planeta y todos los que habitamos en él, sino un día importante para los derechos humanos, un día en el que debemos entender que el cuidado de nuestro planeta es responsabilidad de todos y que de todos depende la alianza con él.
Porque si no invertimos en nuestro planeta, no habrá un futuro posible.
Fuente iagua