¿Por qué mi perrito cachorro es tan tremendo y cómo educarlo con amor y paciencia?
Muchas veces el hermoso bebé perro o perrita se porta mal. Muerde los muebles, se come los zapatos y para colmo hace sus necesidades en lugares inadecuados, ladrar o llorar sin motivo aparente, se escapa o desobedecer las órdenes. ¿Por qué los cachorros se comportan así? ¿Qué podemos hacer para evitarlo? ¿Cómo debemos reaccionar ante estas situaciones?
Los cachorros son tremendos porque están en una etapa de aprendizaje y exploración del mundo. No saben lo que está bien o mal, ni lo que pueden o no pueden hacer. Tampoco tienen un control total de sus impulsos, sus emociones o sus necesidades fisiológicas. Por eso, es normal que cometan errores y que nos pongan a prueba con su conducta.
Para educar a un cachorro, se recomienda seguir algunos consejos prácticos, como:
- Establecer jerarquías y que el cachorro nos vea como su líder.
- Usar el refuerzo positivo y evitar la agresividad y el castigo.
- Enseñarle órdenes básicas como sentarse, quedarse quieto o ir hacia nosotros, usando una correa y una recompensa.
- Ser coherentes y usar las mismas palabras para los mismos comandos, y alentar a los miembros de la familia a hacer lo mismo.
- Asegurarnos de que la casa sea un ambiente seguro para el cachorro y darle tiempo para aprender las reglas del hogar.
- Ser empáticos, constantes y hacer sesiones cortas de adiestramiento.
- Además, es importante que el cachorro tenga una buena socialización, es decir, que se acostumbre a convivir con otros animales, personas y estímulos del entorno. Esto le ayudará a desarrollar su confianza, su seguridad y su equilibrio emocional.
Tener paciencia y no abandonar a un cachorro es fundamental para su bienestar y el nuestro. Un cachorro que se siente querido, respetado y comprendido será un perro adulto feliz, obediente y fiel. Por el contrario, un cachorro que se siente rechazado, maltratado o ignorado será un perro adulto triste, agresivo o temeroso.
Abandonar a un cachorro es una acción cruel e irresponsable que puede tener consecuencias graves para su salud física y mental. Un cachorro abandonado puede sufrir hambre, sed, frío, calor, enfermedades, accidentes, ataques de otros animales o de personas malintencionadas. También puede sufrir estrés, ansiedad, depresión, trauma o fobia. Muchos cachorros abandonados terminan en la calle, en perreras o en refugios, donde esperan una segunda oportunidad que quizás nunca llegue.
Por eso, antes de adoptar o comprar un cachorro, debemos estar seguros de que podremos hacernos cargo de él durante toda su vida y ofrecerle todo lo que necesita: alimentación, higiene, atención veterinaria, espacio, ejercicio, juego y afecto. Si no estamos preparados para asumir esta responsabilidad, es mejor buscar otras opciones más adecuadas para nosotros y para el animal.
Los cachorros son tremendos porque son curiosos e inocentes. No son malos ni quieren hacernos daño. Solo necesitan nuestra guía y nuestro cariño para crecer sanos y felices. No los abandonemos ni los castiguemos por ser lo que son: cachorros.