Una deuda de los humanos con los animales domésticos
Nosotros todos los que integramos la raza humana, tenemos con los animales domésticos una deuda legada de nuestros antepasados desde hace miles de años. A algunos animales que eran salvajes los convertimos en animales domésticos.
Este hecho hizo que poco a poco estos animales fueron perdiendo sus instintos de supervivencia que Dios les dio al crearlos. De acuerdo a estudios hechos a los grandes mamíferos cuando en su hábitat hay sequías o falta de alimento no les nacen cachorros.
¿Cómo lo logran?. Las hembras no caen en celo.
Se podría imaginar que un grupo de hombres primitivos, en una partida de cacería y estando acompañados por los jóvenes para entrenarlos en la búsqueda de alimentos para la tribu, encontró un cachorro de chacal o de lobo y lo llevaron a su cueva.
El cachorro creció y en otra cacería les mostró a los humanos cómo era más fácil cazar. Este hecho derivó en la búsqueda de más cachorros y de ese hecho nació el perro doméstico. Situaciones similares sucedieron con caballos, cerdos, gallinas, asnos, etc.
Cuando estas especies se incorporaron a la vida humana se hicieron cada día más y más dependientes de los humanos. Tienen descendencia sin control, comen si les dan de comer, esperan resguardo del clima. Dependiendo totalmente del humano.
Desgraciadamente muchos humanos no hemos meditado y desconocemos esta situación, viendo por lo tanto con indiferencia el malestar de los animales domésticos. La indiscriminada multiplicación sin control, el trato inhumano a los que nos sirven de alimento, la cría intensiva de aves y cerdos, el trato a los asnos y caballos, etc.
Gracias a Dios, que ya poco a poco se trata de evitar estas acciones y ya en países civilizados se han impuesto leyes que prohíben la cría indiscriminada de animales, obligan a la matanza sin dolor, prohíben el uso de animales en espectáculos públicos, regulan la experimentación en animales etc,etc.
Esperamos que en nuestro país logremos esas legislaciones
